Actualidad Sobre los abogados

Carta a una abogada agobiada

study-time-1245329Cuando el verano se agota recibo un cálido correo electrónico de una joven desconocida en la que, desde su condición de graduada en derecho, con una amabilidad admirable me expone su necesidad acuciante de trabajar, para dar fruto a su vocación y ganarse el sustento. Me expone de forma clara y persuasiva, con estilo de demanda, sus antecedentes profesionales (e incluso personales) y continua con fundamentos relativos a su derecho al trabajo, a sentirse viva, a cosechar la formación que sembró, a poner a prueba su ingenio y estrategia de negociación o conflicto y sobre todo, a aprender de abogados veteranos, a poder mirarse al espejo cada día y sentirse útil.

En suma, me plantea la joven abogada la legítima reivindicación del ser humano que es su derecho a sobrevivir sobre el que poder alzar el derecho a vivir, a través del trabajo. Y me conmueve que incluso me comenta que trabajará en unas grandes superficies comerciales de cajera sin perder sus sueño de ser abogada con una ilusión contagiosa y admirable.

Aunque me encantaría reclutarla para un bufete, si lo tuviera, la animo por correo electrónico, en lo que seria una Carta abierta que le ofrezco, desde mi experiencia como abogado, letrado público y ahora magistrado. Aquí va por si sirve para animar a alguien más.

Estimada letrada y ahora amiga:

Comprendo tu zozobra, si me permites tutearte. En este punto, te indico que el tratamiento formal y respetuoso que me dispensas en tu correo electrónico demuestra una educación y cortesía que será un buen embajador en tu peregrinaje ante los bufetes en pos de empleo.

También compruebo que te adornan virtudes que no concede la Universidad ni siquiera pomposos Máster o cursos de especialización similares. Detecto entre tus líneas, que posees talento jurídico, que no se compra ni se vende, que todos los abogados creen poseer pero no todos lo demuestran.

De un lado, creo que la herramienta más valiosa para el jurista es saber expresarse y comunicar. Al fin y al cabo, la labor del abogado tiene por meta persuadir o sea, convencer de la fortaleza de la propia tesis y de la debilidad de la contraria, e incluso de propiciar la conveniencia de la negociación para evitar contienda. Y cómo no, de explicar al cliente lo bueno y lo malo, para que lo entienda, pues mas allá de la provisión de fondos o minuta de honorarios, lo mínimo que debe cuidarse entre cliente y abogado es el cara a cara y la información puntual y real.

De otro lado, el talento jurídico se manifiesta en la curiosidad, y compruebo que me planteas cuestiones sobre la Justicia, sobre el camino a seguir cuando la razón y el derecho no coinciden, sobre la ética del abogado, sobre los límites humanos de los jueces, que demuestran que no te has quedado aferrada al título de graduada, ni en el pálido modelo positivista, ni en mercenaria de la norma que el legislador ha alumbrado, sino que quieres ir mas allá.

businesswoman-female-woman-lawyer-making-decision-deciding-choice-doors-300x215Por lo que he vivido, hay abogados superficiales que son maestros en el patinaje sobre las normas, con riesgo de que se quiebre la helada ley bajo sus pies. También hay abogados que tienen alma de espeleólogo que profundizan en sus cimientos, galerías y senderos, de manera que no descuidan flanco útil para el litigio. En tu caso, por esa búsqueda de sentido a la norma que demuestras, por esas preguntas de difícil respuesta, creo que atesoras la sana curiosidad del abogado, que será una importante ventaja competitiva en un mercado convulso como es la abogacía.

También se manifiesta el talento jurídico, y el tuyo con tu correo, en el afán de formarse y conocer los entresijos del derecho. He conocido abogados que se graduaban y se echaban a dormir, y tú me confiesas que no paras de leer, escuchar conferencias y tomar notas. Ese movimiento formativo a tientas, de foro en foro, de libro en libro, no es la pasión inútil de la escala de picachos nevados; pienso que formarse e informarse, y practicar el networking, será tu pasaporte hacia la ocasión que antes o después brotará. Solo se pesca en los caladeros y conociendo las artes de pesca como solo se hace buen abogado persiguiendo el escurridizo Derecho como si se tratase de la ballena Moby Dick.

Y cómo no, te diré que hay talento donde hay humildad. Donde se conocen los propios límites, donde se sabe que solo con esfuerzo hay conquista, y donde se comprueba que cada conquista no es la meta sino una fase. Así, en esa autocrítica que demuestras en tu correo, en que te preguntas en qué fallaste para que el mercado te cierre sus puertas, pese a tus estupendas calificaciones académicas, subyace madera de abogada. Recuerda, por favor, que no todo abogado tiene éxito de telefilme americano, no todo es tan bonito ni perfecto. Que la abogacía no se hace en un día. No. La abogacía es profesión noble pero en contexto de villanos, entendiendo por “villano”, tanto la primera como la segunda acepción del Diccionario.

En la primera acepción, “villano” es el “Que actúa o es capaz de actuar de forma ruin o cruel”. Y es que, querida amiga, en el ejercicio profesional te vas a tropezar con compañeros capaces de “actuar de forma ruin o cruel” tanto en la negociación como en pleno litigio, que no respetan haciendas ni vidas e incluso que atropellan a quien, como tú, se inicie en el foro como Bambi en un bosque plagado de lobos.

En la segunda acepción, “villano” es el “Que demuestra falta de educación o de cultura”. Y te encontrarás otros abogados que son maleducados, que no te mirarán o lo harán con desdén por ser novata, o que te criticarán a tus espaldas, o con desprecio machista indignante; de igual modo habrá jueces que se olvidaron de la cortesía debida a los letrados que se ganan el pan, jueces que ignoran que no es mejor juez quien se convierte en esfinge o se hace temer, sino quien juzga con mirada limpia y sabe que la justicia es cosa de todos, y todos tirando del mismo carro con dignidad.

También te encontrarás con “villanos” en el sentido de escasa cultura, porque por desgracia, no solo en la abogacía sino en la vida en general, no abunda la formación humanística; me agrada, querida amiga, que en tu correo, efectúes referencias a Dante y a las etapas del purgatorio, infierno y cielo, pero me temo que la inmensa mayoría de abogados y jueces no han leído a Dante, aunque todos son actores de la “divina comedia” en que se va convirtiendo la Justicia, por la labor de políticos, mercaderes y oportunistas, que los hay.

Y ambas acepciones, la del villano por ruindad y la del villano por ignorancia, te las tropezarás en algunos clientes que van de avispados por la vida y que te harán como abogado mirar a los cielos buscando paciencia y comprensión.

Pero eso son patologías de la profesión (afortunadamente no son la regla), que no deben ocultar la grandeza del debate, de la lucha leal y de la sentencia que envuelve razones. Tú debes luchar por lo que será tu marca como abogada, la reputación, ya que la ética del abogado arranca desde el primer día y se nutre con altura de miras, con humanidad y valores.

law-student-studying-1En fin, querida amiga, todos tenemos algún don o talento. Hay que descubrirlo, y el abogado tiene que descubrir sus puntos fuertes y cultivarlos. Te sugeriría que no descuides tus puntos fuertes como la capacitación, mediante la especialización en áreas jurídicas, pues nadie sabe de todo y menos del océano del Derecho.

Pero tampoco descuides el puntal de la actitud abierta hacia el propio conocimiento para identificar tus talentos, sin temor; es importante, querida amiga, que no te compares con los demás, ni pierdas tiempo suspirando ni tampoco te lamentes si estás temporalmente con trabajos dignos pero modestos y apartados de tu vocación. Aprovecha tu fuerza interior que destila del correo electrónico que me enviaste. Nada de miedo, desilusión ni frustración. Se sale del pozo moviéndose, como en la conocida fábula de las ranitas en el cubo de nata, que me permitirás te la recuerde. Básicamente, dos ranitas no podían salir del cubo de nata porque era imposible nadar o mantenerse flotando indefinidamente en esa masa espesa. Una de ellas se abandonó y dejó hundir porque pensaba que era inútil el esfuerzo de chapotear; la otra ranita persistió agitando sus ancas para intentarlo hasta el final, y para su sorpresa, con ese esfuerzo la nata se convirtió en mantequilla y desde esa base sólida pudo saltar al borde del cubo y regresar croando feliz.

Lamento, querida amiga, esta moraleja y enseñanzas del abuelo Cebolleta, pero te indico que con tus virtudes, tesón y actitud luminosa, conseguirás croar feliz en el mundo de la abogacía. Pero tienes que saber que el mundo del derecho es el de los plazos y la paciencia, así que no dejes de remar ni moverte y antes de que te des cuenta, te verás con tu toga moviéndote por el foro, con alegrías y decepciones, pero sintiéndote “uno de nosotros”, uno de tantos que intentamos que se respeten las reglas del juego de la vida y conseguir un mundo más justo, unos como abogados, otros como jueces o fiscales y otros como académicos. Un poquito mas justo, no seamos triunfalistas, pero ya es bastante.

Así que, ánimo, valor y esperanza, que la profesión aguarda.

En León, a 31 de Agosto de 2017


31 comments on “Carta a una abogada agobiada

  1. Hammurabi

    Solo con decir que en Madrid hay mas abogados que en toda Francia (casi 70 millones de habitantes), uno puede captar el problema que tiene la Abogacía española, eso sin contar los procuradores, ni a los graduados sociales!!

    Ahora bien en Francia el acceso a la abogacía es mucho mas exigente que en España, en el que ademas de exigirse el estar licenciado en Derecho, y contar con DOBLE master en el ejercicio de la Abogacía, requiere superar una duras pruebas, y un largo periodo de pasantía. en efecto estas condiciones solo pueden suavizarse si el aspirante acredita ser alto funcionario o pertenecer a la Judicatura por periodos que oscilan entre ocho y diez año de ejercicio.

    En Francia ademas, no todos lo abogados pueden acudir ante el Conseil d’État (Consejo de Estado) y la Cour de Cassation (Tribunal Supremo), sino solo aquellos abogados que acreditan años de experiencia profesional y tras superar duras pruebas de clasificación , para pasar a integrarse en la Ordre des Avocats au Conseil d’État et à la Cour de Cassation, que es prácticamente un privilegio social.

    En cambio en España, hasta los graduados sociales pueden con tan solo tres años de carrera universitaria (Diplomatura en Relaciones Laborales) abrir un despacho, vestirse la toga y postularse en defensa de los ciudadanos.!!!

    • Pilar Pérez

      Hasta donde sé, en UK, además del grado en derecho , el Legal Practice Course que muchas universidades ofrecen con un complemento y título final de master. De ahí pasantías (eso sí, pagadas decentemente) dos años. Eso te convierte en solicitor, que creo que es el que prepara los casos, los estudia. El que los defiende ante la Corte es el barrister, que para entrar ahí ya tienes que hacer primero un test de pensamiento lógico, por ahí está, pruebenlo, luego el curso de Barrister y ponerte a trabajar a ver quién te confía los casos.
      Cuando ya confías el caso a un abogado esperas que el juez jugue la situación, los intereses en litigio, no la calidad de la demanda en cuanto a texto o la pericia mínima del abogado, al menos la mínima para no liarla por plazos y cosas así. Esta pericia mínima ya se supone, no es el abogado el que se está examinando sino la situación la que se evalúa y los intereses legítimos los que se ponderan, y su adecuación a lo contemplado en la ley

      • Hammurabi

        Si fuera así de fácil, no haría falta ni siquiera que haya abogados, puesto que con tal de comparecer el cuidando directamente ante el tribunal y contar su historia, el Juez juzgaría la situación y daría respuesta… Lógicamente, en un sistema judicial como el nuestro, donde si te descuidas te aplastan, es imprescindible una abogacía de calidad.

  2. Pilar Pérez

    Pues no le digo yo que no, para complejas interpretaciones de la ley y siempre y cuando el ciudadano voluntariamente optara por ello. Pero claro, si se impone que para meter la demanda por un registro y recoger la sentencia a los cuatro años te imponen un procurador…pues la siguiente es que para ponerte una tirita en la uña te obliguen a acudir a un cirujano plástico. Y pagarlo, claro

  3. Tarnina

    Al final de la respuesta a la carta, faltó una valoración a un elemento importante que pone la Justicia en marcha: la persona u organización que se lia la manta a la cabeza y decide, si o si, que va a reclamar (aunque tarde 2 años o más en obtenerla!) y sacudirse la desidia para la que todo el largo y caro proceso parece ser diseñado. Claro que también habrá a los que les sobre dinero, o peor aún el dinero público, para dilatar procesos, pero esos forman parte de los Villanos.

  4. Anónimo

    Precioso artículo. Me ha encantado. Lo cierto es que en mayor o menor medida todos hemos pasado por malos tragos en lo profesional y en lo personal. La vida no es tan bonita como se pinta y al final tienes que luchar muchísimo. Un consejo para esta chica o para el que quiera leerlo (e interiorizarlo) es que a nadie le regalan nada, que continue hacia adelante y que no se autocompadezca, pues cada uno tiene sus propios lastres y simplemente hay que aprender a vivir con ellos y fijarse en lo bueno.
    Según se comenta es joven, es momento de formarse y de tomar decesiones que quizás un padre de familia no pueda tomar… en fin no hay quinto malo … o al menos eso dicen.

    un saludo a todos y en especial al Magistrado, sigo atentamente tus posts, son magnificos!

Gracias por comentar con el fin de mejorar

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