Contencioso

González Navarro, in memoriam

Me acabo de enterar con tremendo pesar, de que se ha ido otro maestro del Derecho público: Don Francisco González Navarro (Málaga, 1930).

Confieso que un lugar muy especial ocupaba D. Francisco entre quienes me han mostrado los secretos del Derecho administrativo y la calidad de las sentencias, desde su condición de Catedrático de Derecho administrativo y además, de quien fue legendario magistrado de la Sala contencioso-administrativa del Tribunal Supremo. Un ejemplo de unión entre teoría y práctica, Academia y Jurisprudencia, Ciencia jurídica y Ciencias naturales y sobre todo, de auctoritas y grandeza.

En la década de los ochenta me tropecé con sus tres volúmenes de Derecho Administrativo Español. Me quedé deslumbrado. Un tratado completo, revelador de altísima erudición, con unas referencias históricas, sociales, científicas y jurídicas oportunísimas y llamativas. Y sobre todo, porque era un libro completo, con valientes respuestas que además de forma pedagógica, me fue enseñando de cada institución, de cada instituto, de cada técnica jurídica, el valor de explorar su etimología y contexto de origen y sobre todo, a adoptar un espíritu crítico y reflexivo frente a los problemas jurídicos.

A partir de ahí me lancé a comprar y leer todo lo suyo que pasaba por mis manos. Especial huella me dejaron, mas allá de sus exploraciones de orfebrería jurídica por el procedimiento administrativo, por adentrarse en los aledaños de lo jurídico en territorios poco explorados, como su delicioso libro titulado “Lo fáctico y lo sígnico. Una introducción a la semiótica jurídica” (Eunsa, 1995) y su memoria de “Cincuenta años de procedimiento administrativo en un mundo cambiante” (Iustel, 2009). Para el mundo académico, aquí dejo una muestra de su maravilloso artículo “La Universidad en la que yo creo” (Revista de Administración Pública J 0 7 Núm. 153. Septiembre-diciembre 2000) y podrán comprobar la lucidez de análisis, la claridad de ideas, la belleza expositiva y su actualidad.

En el plano personal sus comentarios y prólogos destilaban una humanidad y gracejo cautivadores. Siempre he dicho que quien une bondad, sabiduría y humor, merece estar en el Parnaso jurídico, y D. Francisco ha demostrado con creces esas virtudes. De hecho, uno de sus grandes discípulos, Francisco Javier Sanz Larruga, Catedrático de Derecho administrativo de la Universidad de A Coruña, se ofreció generosamente a abrirme las puertas de conocerle personalmente en Madrid, ante mi inmenso interés por hablar con el maestro, pues quería dedicarle mi obra “La mirada de Einstein al universo jurídico” (2015) que se inspiraba en su amplia y poderosa mirada (aunque finalmente, por mi maldita agenda -y ahora lo lamento- no fue posible tan anhelado encuentro).

Siento que el Derecho administrativo ha perdido una columna maestra, aunque la jurisprudencia del Tribunal Supremo cuenta con las más fecundas huellas de su sabia pluma y en campos donde de forma razonada y técnica siempre apostaba por la tutela de las libertades y derechos del ciudadano (medidas cautelares, responsabilidad sanitaria, silencio administrativo…).

Recomiendo vivamente la lectura de su Libro Homenaje, titulado: Organización y Procedimientos administrativos que incluye dos maravillosos artículos en su pórtico, amenísimos e ilustrativos de la talla moral y jurídica de D. Francisco (uno a cargo de José Francisco Alenza García, titulado “El Profesor González Navarro y su obra, y otro a cargo de su amigo Alejandro Nieto, titulado “La obra jurisprudencial de Francisco González Navarro”).

 Ya que no tuve ocasión de participar en su libro homenaje, quede aquí mi modesto tributo, con enorme respeto y gratitud.

Al menos ahora se encontrará a otros padres de nuestro derecho administrativo que añoramos, con los que guardaba una extraordinaria buena relación, concretamente José Luis Villar Palasí, Eduardo García de Enterría y Jesús González Pérez, personajes tan grandes que siempre supieron respetarse y enriquecerse mutuamente con ciencia, sabiduría y amistad.

Descanse en paz, Don Francisco.

ANEXO.-

Obituario, Francisco Javier Sanz Larruga

16 comments on “González Navarro, in memoriam

  1. DiegoGomez

    Coincido José Ramón, gran jurista. Por tus consejos además me compré sus obras que guardo como paño en oro en mi biblioteca para su consulta. Descanse en paz

  2. José Luis

    D.E.P, Francisco González Navarro. Me ha traído viejos recuerdos el comentario cuando dice SSª: “En la década de los ochenta me tropecé con sus tres volúmenes de Derecho Administrativo Español”: Cuando yo le tuve de profesor en la universidad eran dos sus volúmenes, eso sí, puestos de canto, no se los saltaba un gitano (además siempre aprovechaba para introducir algún que otro librillo de propina a escasas fechas de los exámenes). Aquello era visto como una auténtica tortura por el alumnado, las secuelas en forma de pesadillas para superar la asignatura de derecho administrativo I podían prolongarse durante años. Al margen de este defecto en que han incurrido muchos insignes catedráticos y sus discípulos (quienes eran peor aún en este sentido que sus maestros,quizá en su afán por destacar), queda la imagen de una persona simpática con una erudición apabullante.

    • sebastián

      Coincido contigo. Yo también tuve el privilegio de ser alumno en suyo en Pamplona, y sus dos volúmenes a esa temprana edad eran como escalar el Himalaya, pero todos ya podíamos intuir que estábamos ante una obra ejemplar en su campo. Y debo decir que sigo consultándolos a menudo. Descanse en paz.

  3. JUAN PEREZ PERIÀÑEZ

    DEP. MI PÈSAME A LA FAMILIA Y AL MUNDO DEL DERECHO

  4. Enrique Sanchez Gonzalez

    A mi me impresionaron sus sentencias. Con las de Delgado Barrio, Jiménez de Parga y Mendizábal Allende, más el curso de Enterria me cambió totalmente. Me enamoré del derecho administrativo y del constitucional.

  5. María Consolación Uría Fernández

    Tuve la fortuna de que fuera mi profesor de derecho administrativo en la facultad de ciencias políticas y su maestría influyó definitivamente para que me decantara por la administración pública. Por lo mucho que me enseñó y despertó en mi, aunque a veces reniegue del oficio, siempre le estaré agradecida al profesor Navarro.

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  7. Luis F. Prieto

    Una triste noticia. El Prof. González Navarro era amén de un insigne jurista, un gran intelectual y un humanista del Derecho. Tuve la suerte de conocerle y le debo mucho de mi formación como profesional del Derecho Público. Descanse en Paz.

  8. Grande entre los grandes. En sus sentencias que versaban sobre los principios rectores de la polícitca social y económica de la Constitución, dejaba reflexiones como ésta que simepre la tengo presente;

    «En todo caso, no está de más recordar en este momento que el Tribunal Supremo ha advertido ya en alguna ocasión, transcribiendo lo dicho en una famosa sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, «Las declaraciones de la Constitución no son adagios gastados por el tiempo: ni una contraseña vacía de sentido. Son principios vitales, vivos, que otorgan y limitan los poderes del gobierno de nuestra nación. Son regulaciones de gobierno. Cuando la constitucionalidad de una ley del Congreso se plantea ante este Tribunal, debemos aplicar dichas regulaciones. Si no lo hiciésemos las palabras de la Constitución vendrían a ser poco más que buenos consejos».

    Descanse en paz.

  9. Helena

    Magnífico. Y su artículo sobre la Universidad altamente esclarecedor y plenamente vigente tras el Plan Bolonia y los desaguisados gubernamentales en materia de titulaciones universitarias y sus «correspondencias, homologaciones, habilitaciones» y demás sinsrazones.

  10. Helena

    Magnífico. Y su artículo sobre la Universidad muy atinado y plenamente vigente, tras la implantación «in aeternum» del plan Bolonia de la UE y el desaguisado gubernamental con las titulaciones universitarias españolas y sus «correspondencias, homologaciaciones, equivalencias, habilitaciones y demás sinrazones», Sobre todo cuando no sirven al acceso al empleo público para quien no están adaptado al nuevo sistema de titulaciones y el problema de que la Administración sigue hablando de «titulaciones equivalentes» cuando ya no existen.

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  12. José Herrero De Padura

    Amigo, compañero y profesor en el INAP. Claro en su enseñanza del Procedimiento Administrativo y en su enfoque como derecho de los administrados. Siempre recordare la amistad con que nos trataste y la suerte de compartir con otros 13 TAC, tus enseñanzS

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