Humor y Administracion

El lado divertido del derecho administrativo

El Derecho administrativo, con su nombre solemne y chirriante, es una disciplina ruda. Su objeto es controlar al Polifemo administrativo cuyo único ojo mira la eficacia, reto que persigue con una red de conceptos complejos que alzan una malla desigual con el auxilio de los tribunales, que cual Penélope, reparan la red con nudos lógicos e interpretaciones en una tarea tan incesante como inagotable.

Las obras y tratados sobre el derecho administrativo y sus numerosas ramificaciones se prodigan mostrando que hay mejores escritores que lectores. Resuenan las palabras de Ihering («Jurisprudencia en broma y en serio», 1884) que refiriéndose a las obras jurídicas de ciencia pura decía: «Los malos libros estropean el mercado a los buenos. ¿Quién compra todavía libros?. ¡Oh, Dios mío! Entre mil juristas apenas uno (…). Yo mismo nada compro hace tiempo. Tengo un tío, viejo, rebuscador curioso, que aspira a poseer todo lo que se publica, y como él no lee. los libros, sino que los aplica con fines decorativos en las habitaciones… de cuando en cuando le cojo alguno».

La actual generación de juristas y de estudiantes en su mayoría son celosos de su tiempo, se dejan seducir por las pantallas y su atención a los textos académicos o doctrinales es deliberadamente superficial, pues no ven necesidad de pertrecharse de ciencia hacia el futuro cuando el presente es más gratificante. Al estudiante de leyes le importa el aprobado, al abogado la victoria en el caso, al juez anotar otra muesca en su revólver de sentencias y al catedrático sumar otra publicación que le granjee más respeto o mas emolumentos. Por eso, la lectura de la obra o artículo de derecho administrativo que no capta la atención inmediata o que no tiene utilidad de presente, no pasa la frontera del título.

El evidente exceso y generalización de esta caricatura no borra la sombra de verdad. Sin embargo, no es tan fiero el león como lo pintan, ni tan aburrido el Derecho administrativo. Incluso puede ser divertido, lo que hace que las escasas obras que exploran este terreno merezcan reseñarse.

Es cierto que fuera de mi ámbito profesional judicial (donde siempre está descontento quien pierde el litigio, e incluso buena parte de los que ganan) siempre me ha preocupado sacar lustre al lado lúdico de la disciplina del derecho administrativo desde este blog -cual panfleto clandestino-, caso de las Greguerías jurídicas, la Crítica jocosa del BOE, o las visitas imaginarias al Circo del Derecho público, o al Museo de los horrores del Derecho administrativo, e incluso he mostrado en video la bufonada sobre el Estado digital de Derecho que viene. Incluso inventarié los libros de derecho administrativo menos leídos en España.

Pues bien, a feliz iniciativa de Juli Ponce Solé, catedrático de derecho administrativo de la Universidad de Barcelona, se celebrará un acto pionero, singular y pleno de energía jurídico-positiva (o jurídico-natural, según se mire) que tendrá por objeto la presentación del libro El discreto encanto del derecho administrativo (2ª ed) de Marcos Vaquer Caballería, contando con su eminente autor, catedrático de derecho administrativo, y celebrándose un vivo coloquio sobre «El derecho administrativo en broma y en serio en la era de la inteligencia artificial» en que tendré el gusto de participar presencialmente, bajo la moderación ingeniosa de Juli Ponce, y al que todos los interesados podrán asistir online.

El acto tendrá lugar el 23 de marzo de 2022, miércoles, a las 10,15 horas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona (ub-edu.zoom.us/j/97599378601). Será un acto distinto, de confluencia de perspectivas académica y judicial, con frescura de anécdotas. Los tres somos «doctores» y examinaremos el enfermo con terapia de buen humor.

No está mal sacar un poco de tiempo para mostrar la humanidad y el gracejo de la bestia (el derecho administrativo). Intentaremos en el acto del miércoles 23M exhibir a nuestro King-kong, liberado de cadenas y ferocidad, con mejor desenlace que su homólogo de ficción, pues el derecho administrativo es vital para la ciudadanía y para el interés general, y debe reivindicarse la utilidad y necesidad de conocerlo.

Intentaremos demostrar que el King-kong administrativo es vegetariano y simpático, así que podemos acercarnos con respeto y familiaridad, y si conseguimos con ese acto mostrar el lado divertido de la disciplina y marcar alguna vocación o despertar la inquietud por las lecturas administrativas, habrá merecido la pena.

¡Les esperamos!

 ub-edu.zoom.us/j/97599378601.

2 comments on “El lado divertido del derecho administrativo

  1. Conquero

    Poseo un ejemplar de la primera edición de la obra y reconozco que leo algunos de sus capítulos de vez en cuando. A pesar de que parezca una obra simple, hay que tener en la cabeza mucho Derecho administrativo para obtener un resultado como el que ha ofrecido el profesor Vaquer. Desde luego, me haré con la segunda edición, pues veo que la ha ampliado.

    ¿Se sabe si la Universidad de Barcelona prevé colgar a posteriori la grabación de la presentación en YouTube o en otra plataforma? Sería muy interesante que así fuese, sin duda.

  2. Uno de los mejores chistes, más viejo y más repetido sobre Derecho administrativo es aquél que diu que «las retribuciones complementarias responden a estructura y criterios de valoración objetiva que
    se reflejan en los factores publicados por la RPT».

    Este chiste lo cuentan con desparpajo en muchísimas sentencias, para echar pelillos a la mar sobre el pobre funcionario justiciable, y quitarle importancia al sufrimiento que ocasiona la potestad de autoorganización digital (lo de organización es un decir) regalada por el legislador y el Supremo Juzgador a alcaldillos, concejaluchos y semovientes, pero por más que se lea mil veces no puede uno evitar desc…partirse de risa con el chiste.

    En la obra «La Divina comedia de las Relaciones de Puestos de Trabajo no hechas a medida» (incluida en el «Índice de libros de Derecho Administrativo menos leídos en España» con el nº 7) se citaba y se comentaba en abundancia. Lástima que de este libro hicieron acopio los estudiantes de judicatura contenciosa y se agotó, ya no queda ni uno.

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