Humor y Administracion

De ministros, magistrados y gatos atigrados

Hoy he estado reunido con unos doce mil juristas. Sí, he acudido a la biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo (he vuelto a pecar so pretexto de tarde lluviosa), he subido a la segunda planta, donde está el derecho procesal junto con el mercantil y el canónico, y he estado acompañado de ese número de obras con sus autores prestos a atenderme. Todo el templo para mí solo.

Me siento halagado de poder captar la atención de esos autores y poder elegir qué leer, perdido entre las estanterías, reconociendo títulos, activando neuronas y buscando como un hurón los conejos.

Tomé la obra del gran Santiago Sentís Melendo, magistrado español exiliado en Argentina (1901-1979), concretamente sus Ensayos de derecho procesal, y me tropecé con estas líneas que me hicieron sonreír, no porque digan verdad sino por su eco lúdico, y que comparto:

Debe recordarse la diferencia entre magistrado y ministro; la primera palabra viene de magis, que significa el que más; la segunda, de minus, que significa el que menos; sin embargo, es general que se apetezca más ser ministro (del Poder Ejecutivo) que magistrado (judicial)”

Más adelante el mismo autor me alegró el ánimo recordando el poema del nicaragüense Rubén Darío, titulado “un pleito”.

Si tienen unos minutos, no tiene desperdicio. Una clase completa de derecho procesal y psicología forense

Un pleito

Diz que dos gatos de Angola
En un mesón se metieron
Del cual sustraer pudieron
Un rico queso de bola.
Como equitativamente
No lo pudieron partir
Acordaron recurrir
A un mono muy competente.
Mono de mucha conciencia
Y que gran fama tenía
Porque el animal sabía
Toda la jurisprudencia.

-Aquí tenéis -dijo el gato
Cuando ante el mono se vio-
Lo que este compadre y yo
Hemos robado hace un rato.
Y pues de los dos ladrones
Es el robo, parte el queso
En mitades de igual peso
E idénticas proporciones.

Aquel mono inteligente
Observa el queso de bola
Mientras menea la cola
Muy filosóficamente.
-Recurrís a mi experiencia
Y el favor he de pagaros,
Amigos, con demostraros
Que soy mono de conciencia.

Voy a dividir el queso
Y, por hacerlo mejor,
Rectificaré el error,
si hubiera, con este peso.

Por no suscitar agravios, saca el mono una balanza,
Mientras con dulce esperanza
Se lame el gato los labios.
-Haz, buen mono, lo que quieras
-dice el otro con acento
Muy grave, tomando asiento
Sobre sus patas traseras-.

Valiéndose de un cuchillo
La bola el mono partió
Y enseguida colocó
Un trozo en cada platillo.
Pero no estuvo acertado
al hacer las particiones
Y tras dos oscilaciones
se inclinó el peso hacia un lado.

Para conseguir mejor
la proporción que buscaba
En los trozos que pesaba
le dio un mordisco al mayor.
Pero como fue el bocado
Mayor que la diferencia
Que había en la otra experiencia
se vio el mismo resultado.
Y así, queriendo encontrar
La equidad que apetecía
Los dos trozos se comía
Sin poderlos nivelar.

No se pudo contener
El gato y prorrumpió así:
-Yo no traje el queso aquí
Para vértelo comer.
Dice el otro con furor,
Mientras la cola menea:
-Dame una parte, ya sea
La mayor o la menor
Que estoy furioso y arguyo,
Según lo que va pasando,
Que por lo nuestro mirando
Estás haciendo lo tuyo.

El juez habla de este modo
A los pobres litigantes:
-Hijos, la justicia es antes
Que nosotros y que todo.
Y otra vez vuelve a pesar.
Y otra vez vuelve a morder.
Los gatos a padecer.
Y la balanza a oscilar.
Y el mono, muy satisfecho
De su honrada profesión
Muestra su disposición
Para ejercer el Derecho.

Y cuando del queso aquel
Quedan tan pocos pedazos
Que apenas mueven los brazos
De la balanza en el fiel,
El mono se guarda el queso
Y a los gatos les responde:
-Esto a mí me corresponde
por los gastos del proceso.-

 

Les confieso que más allá de la caricatura, es magnífico lo de «que el animal sabía toda la jurisprudencia», la justificación de «evitar agravios», la búsqueda de «la equidad» o el coletazo de no olvidarse «los gastos del proceso». Y es que, como he indicado muchas veces, el humor es una forma de enseñar, desvelar y sugerir que no debemos desdeñar, pues incluso  el derecho administrativo puede ser divertido.

Buen día para todos.

9 comments on “De ministros, magistrados y gatos atigrados

  1. Mr. Ant

    ¡Qué bueno!
    Y en el fondo, cuántas cosas ciertas y reales como la vida misma, como el proceso mismo, muestra. Suele suceder que en el proceso todas las partes pierden.
    Gracias Master.

    • Anónimo

      Perder un poco hoy puede ser ganar mucho mañana.
      El proceso es una parte reducida de la vida.
      Vale la pena luchar con la bandera de la ley hacho por monos, no gorilas y feos pero también caen.

  2. Anónimo

    Gracias por poner humor.

    Sus escritos me motivan.

    Me siento orgulloso de sentirme como el niño de la fábula del rey desnudo, mientras los cortesanos se comen el queso, creado por los ciudadanos y contribuyentes, repartiendo trocitos con abogados hambrientos que acatan los designios del recaudador.

    Procuraré impedir que a mis hijas les tomen el pelo, como hicieron con mi padre y veremos si pueden conmigo, afirmando que el contribuyente del impuesto de sucesiones y donaciones es el heredero, cuando es bien cierto que no causa muerte quien sucede al causante de adquisiciones “Mortis causa” y es por ello el heredero sujeto pasivo «sustituto del contribuyente» diferente del difunto, «contribuyente» por ser «causante de los hechos imponibles del ISD».

    Javier Sardá.

    Fotógrafo de profesión (no ignorante)
    Presidente de CISCAT
    Nombrado apto en el listado de peritos judiciales ( ley de propiedad intelectual audiovisual), por decisión del ministerio de cultura, sin titulación reglada de ningún tipo, por experiencia y casos demostrados.
    Sucesor de los desmanes de Hacienda (Catastro y Agencia tributaria) que espero corregir acumulando sentencias.

    Tenía una espina clavada (única mancha en mi periplo judicial) por una estimación parcial que me beneficia, pero decidí no aceptar el trocito del queso envenenado.
    A la espera de fallo (22 de marzo de 2022) tras presentar recurso especial de revisión (contra 5 sentencias firmes) elevado a casación por el propio tribunal que estimó parcialmente.

    Una estimación “parcial” realmente “parcial” por contraria a ley de Patrimonio tras contrastar y comprobar circunstancias controvertidas (los argumentos de una administración llena de ignorantes de su ignorancia o de lo contrario serían prevaricadores).

    Hacienda (Agencia Tributaria) se come el queso (capital depositado en bienes inmobiliarios) omitiendo el traslado de las inversiones al valor catastral en propiedad, con ayuda inestimable de Catastro responsable del valor en censo (saldo en cuenta fiscal inmobiliaria) que tributa IBI por valor en censo, incumpliendo el traslado de saldo y el plazo de 5 años de la ponencia de valores que lo soporta jurídicamente, sin nuevo estudio de mercado.

    Pagas obras arquitectónicas (vivienda, etc..) moviendo capital y declaración de final de obra para evitar el ICIO y lo consideran blanqueo de capital liquidando ICIO. En mismo acto lo convierten en capital consumido (no trasladan a catastro el valor depositado) que aflorará como nueva adquisición en siguiente movimiento de transmisión (venta, donación o sucesión).

    Monos no, feos y gorilas que están arruinando este país entre toda la manada, a la cabeza los «minis-tros».

  3. Cuanto hay escrito y olvidado. Gracias por rescatar esta genial poesía…

  4. Yuri Pavon Romero

    Maravilloso

  5. Oscar Viera

    Sumamente instructivo y fiel reflejo de la realidad

  6. Reputado D. Nadie

    Mmmmmm….. En realidad el Derecho administrativo se parece más al chiste que nunca terminas de entender, que te puede hacer sonreír cuando ves a otros «gatos embaucados» y más bien te hace llorar cuando los monos muy competentes y en su práctica (no ofenderse), la última bofetada la recibes en forma de muy probable inadmisión con providencia resumida en nada y condena en costas con total pérdida de queso. Aún así merece la pena sonreír, es mucho más saludable. Gracias por el aporte poético sin desperdicio y por el buen cuerpo que le deja a uno el humor.

  7. anonimo

    Puede aplicarse el refrán que dice….quien roba a un ladrón (los dos gatos) ha cien años de perdón.

  8. Contencioso

    Desconozco el derecho nicaragüense en que supongo se fundaba Rubén Darío, pero aquí en España lo aplicable hubiera sido el art. 1305 del Código Civil: «Cuando la nulidad provenga de ser ilícita la causa u objeto del contrato, si el hecho constituye un delito o falta común a ambos contratantes, carecerán de toda acción entre sí, y se procederá contra ellos, dándose, además, a las cosas o precio que hubiesen sido materia del contrato, la aplicación prevenida en el Código Penal respecto a los efectos o instrumentos del delito o falta.» Así que todavía mas fácil que la alambicada solución del mono sabio. Claro que ésta le permitió comerse el queso, cosa que no habría podido hacer en caso de devolverlo, a costa eso sí de incurrir en un delito de receptación del art. 298 del CP. Todo esto salvando el hecho de que los animales son inimputables, claro. Saludos.

Gracias por comentar con el fin de mejorar

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