¡Justicia! Es la palabra mas célebre de la humanidad. Desde que Caín se la tomó por su mano ante el favoritismo divino hacia los regalos de su hermano Abel, y desde que la pronunció al ser enviado al este del Edén, la palabra Justicia ha salido de las leyendas bíblicas y se ha convertido en el mantra de la humanidad hasta nuestros días.
No hay país que merezca tal nombre, que no cuente con un ministerio para organizarla y unos jueces para llevarla a cabo. Mas de cien mil fundaciones y asociaciones del mundo cuentan con la palabra en su denominación o fines institucionales. Unos 157 millones de resultados en google. Es la palabra del juez y del condenado, del triunfador y del derrotado, del jugador en la partida, del deportista en la competición, del enfermo ante el reparto de dolencias, del candidato ante la elección, del aspirante al premio, del que codicia los bienes ajenos, del que aspira a conseguir el amor de su vida…
No hay palabra con etiquetas mas sorprendentes: implacable, indulgente, imparcial, salomónica, divina, natural, inapelable, corrupta, social, resplandeciente, arbitraria… Y que actúa: «Se tramita», «Se acata», «Se decreta», Se ejecuta», «Se desoye»…
Además es la virtud mejor repartida del mundo. Todos nos consideramos justos. Los injustos son los otros.
Viene al caso porque han tenido la amabilidad de invitarme el equipo de TEDx Oviedo University el día 21 de Marzo en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, para participar en la jornada de charlas o intervenciones orales correspondiéndome la referida a “ De qué Justicia hablamos cuando hablamos de Justicia”, evento que ha merecido eco en la prensa.
1. Os recuerdo que TED (Technology, Entertainment, Design) TED es una organización no lucrativa dedicada a la difusión de las ideas, por lo general en forma de charlas cortas, densas y vivas (máximo de 18 minutos). TED arranca del año 1984 como un encuentro de convergencia de Tecnología, Entretenimiento y Diseño, y hoy cubre casi todos los temas – desde la ciencia a los negocios a los problemas globales – en más de 100 idiomas (y excluyendo posicionamientos políticos, religiosos o idológicos). En su estructura piramidal, estatal y local, se llevan a cabo eventos TEDx por todo el mundo para ayudar a compartir ideas y extender el conocimiento y las experiencias útiles.
A mi juicio es la mejor Universidad del mundo. Miles de videos cortos a golpe de click y escuchar sabiduría con amenidad. Además son videos con traducción efectuada por voluntarios, de manera que hay infinidad de videos subtitulados en español. Unas auténticas píldoras de energía y ciencia, gratis y útiles (TED).
2. Tales ponencias girarán bajo el rótulo global de “Crossing the line” y me corresponderá hablar al público asistente de modo fresco y en menos de quince minutos, sobre “De qué Justicia hablamos cuando hablamos de Justicia”.
3. Aunque el video finalmente se subirá a Youtube aquí está el formulario de inscripción en la web de la organización.
Un tema interesantísimo desde luego el de la justicia. Y me ha encantado la introducción que le haces!
Pero quería comentar algo sobre TED. Debo confesar que no los sigo mucho, así que puedo estar bastante o muy equivocado. Pero a mi lo de pretender mejorar el mundo excluyendo posicionamientos políticos o ideológicos me parece un error tremendo. Nuestros problemas como sociedad se deben todos en mayor o menor medida a la organización política, social y económica. La solución a ellos implicara necesariamente planteamientos políticos y sobre todo: conflicto entre los diferentes interesados. La tecnología ahí es si acaso un instrumento, pero desde luego no el elemento central (al menos no siempre). El hambre en el mundo es un buen ejemplo de ello, un problema de reparto puro y duro que solo podrá ser solucionado cuando se imponga un consenso que priorice la vida sobre los intereses económicos occidentales. En este sentido TED me ha resultado siempre un poco sospechoso porque su planteamiento siempre me ha dado la impresión de querer desviar la atención sobre los conflictos esenciales que subyacen a buena parte de nuestros males.
Pero vamos, es una impresión poco fundada, lo reconozco.
Estaré muy atento a la charla sobre la justicia, aunque sinceramente, precisamente este tema me parece imposible de tratar sin entrar en asuntos politicos/ideológicos (incluyo el análisis filosófico en esto).
Desde mi punto de vista, hablamos de derechos humanos y libertades públicas. Esto quiere decir que quien se sitúa en este en esta perspectiva acepta la diversidad de opiniones y busca el conocimiento. Cada aportación es importante porque abre interrogantes y busca respuestas. Hoy más que nunca cuando es la vida la que parece estar amenazada por el progreso tecnológico, es necesaria una mirada multidisciplinar y tolerante, que busque el conocimiento y la protección de la existencia humana y de nuestro hogar, la Tierra.
Prefiero citar las palabras de Hernado Valencia, al que tuve la inmensa suerte de poder escuchar emocionada en un curso de derechos humanos,
por la belleza con que es capaz de expresarlo. Hablamos pues de dignidad y de la necesidad de garantizar ese reducto inalienable del ser humano.
“aunque el progreso no es una evidencia empírica sino una ideología optimista, como puede comprobar cualquiera que repase con los ojos abiertos la historia del siglo XX, parece haber una cierta evolución en la conciencia que el hombre tiene de su propia valía. Desde la Grecia clásica hasta nuestros días se advierte, en efecto, un proceso de crecimiento y maduración en la idea que nos hacemos acerca de lo que es un ser humano como realidad singular en la historia y en el universo. Más allá de las mitologías, las religiones y las filosofías con sus concepciones divergentes y a veces contradictorias acerca de lo humano y lo social, la noción según la cual hay algo en cada persona que no puede ser violado impunemente o no puede ser destruido del todo, y que al mismo tiempo constituye una suerte de parentesco común o lazo de familia, es como un hilo de Ariadna a través del tortuoso laberinto de la aventura humana. Se trata de la idea de dignidad humana, del andar erguido, en palabras del filósofo alemán Ernst Bloch, que está en el origen del concepto de derechos humanos y de la teoría de la democracia a la vez, por cuanto el respeto activo por el otro y la administración pluralista de la convivencia se sustentan entre sí y no pueden justificarse más que si se acepta que los humanos no somos animales de rebaño sino conciencias en libertad, que, a pesar del carácter profano de cada individuo, la persona es sagrada porque en ella palpita la humanidad. Conviene recordar entonces, de manera sinóptica, el despliegue de la idea de dignidad humana en tanto núcleo de los derechos humanos, desde la Antigüedad hasta la época presente. Las etapas principales de esta evolución intelectual son cinco: la ciudadanía universal del estoicismo, alrededor de los comienzos de la era cristiana; la escuela del derecho natural en la Edad Media y el Renacimiento; la teoría del contrato social en el Barroco; el discurso de los derechos del hombre en el siglo XVIII; y la codificación de las libertades fundamentales en las constituciones nacionales y en los tratados internacionales de los siglos XIX y XX.”
En todo caso, “la idea que subyace a lo largo de esta tradición es la idea de que más allá de de las apariencias físicas, las circunstancias socioeconómicas o las opciones culturales, hay una calidad de lo humano que es aspiración a lo mejor y a lo duradero en medio de lo peor y lo contingente. Dicha calida humana se llama dignidad y entraña la defensa de la igualdad en el corazón de la diversidad, la reivindicación de la libertad frete a la muerte y la búsqueda de justicia a pesar del caos. Pero a diferencia de las religiones y las filosofías, la modesta utopía de los derechos humanos ocupa del aquí y el ahora , de cada individuo y de cada derecho como si fueran únicos, sin sacrificar a unos para proteger a otros, con la sola certidumbre de que quien salva una vida salva el mundo.”
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